Mucho ha cambiado nuestro sistema productivo desde los tiempos en los que era España un país fundamentalmente dedicado al sector primario, es decir, a la agricultura y la ganadería. En aquella época, fué la minería extractiva la actividad que ostentaba la oscura y dramática leyenda de desarrollarse en unas condiciones en las que no pocos trabajadores encontraban la enfermedad y la muerte. En la España post-industrial, que ha vivido, con no pocas diferencias entre sub-sectores y regiones, el auge y declive de las manufacturas, nos encontramos con un tejido económico en el que predomina el sector servicios, cuyo mayor porcentaje…